domingo, 25 de enero de 2009

Los componentes de la chirimía



Chirimía o dulzaina

Términos que se han aplicado indistintamente para nombrar instrumentos de doble lengüeta, que originalmente cada uno eran variantes de este tipo de aerófonos. Chirimía, por ejemplo, según Felipe Pedrell en su Diccionario Técnico de la Música, dice: "… era una especie de oboe trabajada groseramente y taladrada por nueve agujeros laterales, seis únicamente destinados a taparse por medio de los dedos. Hubo Chirimías de varios tamaños…”; esto y descripciones ideográficas antiguas muestran particularidades de este instrumento como la disposición tanto de los hoyos de obturación cerca de la cámara, como los hoyos para afinarlo, ubicados cerca del pabellón, en número que variaba de uno a tres, en la versión denominada soprano, muy influida en el centro del país, y que coincide con la descripción de Pedrell; dos, en la tenor, también adoptada en el Centro y Sur, entre los zapotecas. Finalmente uno, caso singular de adaptación de este instrumento entre los nahuas de Guerrero.

Respecto a la forma en que se coloca la doble lengüeta en estos instrumentos existen dos versiones: una en que la lengüeta se amarra en una especie de tubo cónico – tudel – fijo a una parte que es desprendible del cuerpo, y otra en que las lengüetas forman con el cordón que las sujeta al tubo, una especie de tapón que se introduce y ajusta en el cuerpo del instrumento.
Los materiales empleados originalmente para la manufactura de lengüetas era de carrizo o palma, pero esta fue ampliada entre culturas indígenas con otros materiales como el cuero o el latón, y más recientemente el plástico; asimismo mientras en algunas culturas permaneció este tipo de instrumento con las configuraciones originales, en otras el cuerpo del instrumento tuvo algunos cambios.
Respecto de las dotaciones, las crónicas hablan de dos versiones: una en que se agrupaban varias chirimías de diferentes tamaños acompañadas por un redoblante, como fue asumido entre los purépechas, y otra en que dos de diferente tamaño, una soprano y otra tenor, se hacían acompañar por un redoblante, versión que se extendió al Occidente, al Sur entre los zapotecos y en la Huasteca; de esta última habría de surgir otra modalidad con la incorporación del membranófono de origen mesoamericano denominado en náhuatl “Huehuetl”, en el centro del país.
La chirimía, según se menciona en algunas crónicas europeas del Renacimiento participaba en eventos públicos y populares. Este instrumento fue introducido entre los indígenas por los militares y sus descendientes, pero su auge se suscitó con los misioneros.
La dulzaina parece que sólo influyó con algunas características que se amalgamaron a las de las chirimías. Según algunas descripciones contaban con seis agujeros en la parte superior y uno en la inferior; representaciones gráficas de ese entonces la muestran con “tudel”, es decir, con un tubillo pegado al cuerpo el que sujeta las lengüetas, de carrizo, de menores dimensiones que las de la chirimía. La única versión conocida de instrumento que, se asemeja a la antigua dulzaina, se desarrolló en la mixteca alta. Otra versión particularmente interesante, cuyo origen se remonta a la Colonia entre los nahuas y sus descendientes, en la región entre los estados de Colima y Jalisco; tiene los hoyos dispuestos como la dulzaina, con la peculiaridad de contar con cuatro lengüetas de palma en vez de dos, característico en antiguos instrumentos orientales; amarradas al tubillo formando una especie de tapón, son introducidas en el cuerpo, este instrumento debe corresponder a una de las versiones antiguas que después decayó incluso en Europa. Este tipo de aerófono en Europa recibió mayor atención en su elaboración como el agregarles llaves, aspecto que no se desarrolló en México, ni como dulzaina ni como chirimía.
Crónicas de la Conquista y primeras épocas de la Colonia mencionan el uso de aerófonos de boquilla que, al igual que en otros instrumentos, existieron en diferentes versiones y nombres.
Las modificaciones con la terminología llevan la intención de simplificar y evitar confusiones, como la generalización a partir de nombres propios y específicos de unos instrumentos no generalizados en México para tipificar otros; por ejemplo: En vez de llamar “ tipo oboe “ a una variedad de aerófonos, se hace referencia a sus cualidades morfológicas más características como el filo que se ataca con una columna de aire, la forma de su cámara, o se utilizan nombres generalizados dentro de una variedad, como las Chirimías, esto es, en vez de nombrar dulzainas y/o Chirimías simplemente diremos Chirimía y así abarcaremos todo este tipo de instrumentos.
Las Chirimías han variado mucho durante los últimos 400 años. También debe tenerse en cuenta que la construcción artesanal, sumada a la sencillez de su diseño y la variedad de países y lenguas donde se ha utilizado, han creado ciertas ambigüedades respecto al modelo concreto de instrumento nombrado de esta forma.
Tambor
Los tambores tubulares y de marco entre otros tipos de tambores que trajeron los soldados tuvieron gran acogida entre los indígenas, aunque no todos fueron influenciados en estas culturas, por lo menos directamente por los militares. Aun hoy en la actualidad aerófonos de lengüetas y boquillas son acompañados por tambores de dos parches y no timbales como lo hacían los soldados. Las características principales de los atambores o tambores se basan principalmente en aros rígidos para tensar uniformemente ambas membranas (parches de cuero) mediante una cuerda que pasa de aro en aro a lo largo del tubo ( madera ); el bordó o entorchado, cuerdas sujetas diametralmente en la membrana que no se percute, para que por resonancia golpeen la membrana, redoblando los golpes de la percusión, por lo que también se denomina redoblantes a este tipo de instrumento; la ejecución con barras de madera “baquetas” de los cuales existían versiones parecidas entre las culturas indígenas pero que solo se utilizaban en idiófonos.
Los frailes enseñaron su construcción así como su ejecución en sus escuelas para los actos religiosos, popularizándose en las culturas indígenas de ese entonces como lo infiere el comentario de Torquemada en su Monarquía Indiana L.XVIII c.III “…una cosa puedo afirmar con verdad: que en todos los reinos de la cristiandad no hay tanta copia de flautas, Chirimías, sacabuches, orlos, trompetas y atabales como sólo este reino de la Nueva España…” El tambor es el compañero rítmico en el grupo de la Chirimía en los diferentes géneros musicales, es por eso que decimos que “…para que exista música de Chirimía tendrá que haber tambor y Chirimía…”.

viernes, 23 de enero de 2009

Antecedentes históricos de la chirimía

La historia de la música se remonta a la prehistoria, los expertos afirman que la primera música tuvo fines mágicos y religiosos. Cuando surgieron las grandes civilizaciones de la antigüedad ya se habían creado una gran variedad de instrumentos.

En la etnomusicología (estudio especializado de las diferentes culturas de todos los tiempos en cuanto a música se refiere), se han apoyado los investigadores para conocer el origen de este instrumento musical tan peculiar como es la Chirimía.

En el caso del origen de la palabra Chirimía se trata de la palabra latina calamos cuyo significado es caña. Es palabra derivada del griego kalamus y en latín calamun. Especie de flauta antigua. También se conoce para significar la pluma o caña, cortada oblicuamente en su base, y utilizada en la antigüedad para escribir sobre papiro y sobre pergamino. Este sistema se utilizó hasta el siglo XII. De esta palabra vendría después la derivación chalemie y chalemele. También la palabra inglesa se derivó de kalamus para convertirse en shawn.

Como dato histórico y curioso del Medio Oriente el zurná fue una chirimía típica de Turquía e Irán y de los países influidos por el Islam. Tiene un tubo de 30 a 55 centímetros de longitud con un taladro cónico, un pabellón acampanado y siete orificios para los dedos más un agujero para el pulgar. Tiene una lengüeta o caña, a menudo con un disco metálico debajo de los labios. Normalmente se mete en la boca toda la lengüeta y se utiliza la respiración circular para producir un sonido continuo. Existen instrumentos afines distribuidos desde España a Bulgaria, Java y China. En el sur de la India (Tamil Nadu) se lo conoce con el nombre de nagasvaram, y en el norte del subcontinente (Kashmir) como sahnai. En Japón recibe la denominación de hichiriki. El origen del término zurná es persa (surnai).


La influencia mesopotámica


La música de Mesopotamia está caracterizada porque la cuenca de los ríos Tigris y Eufrates ha sido siempre un territorio en el que se han establecido diversas culturas, todas ellas han dejado importantes influencias musicales. En el año 4000 a.C. se establecieron los Sumerios, luego los Acadios o Babilonios, las Asirios y también los Hititas, Casitas, Elamitas y Persas, hasta que finalmente se produjo la entrada de Alejandro Magno en Babilonia en el año 331 a.C. Mesopotamia ha sido centro de influencia de diversos países circundantes como: los Árabes al sur; Hititas, Frigios, Fenicios, Egipcios y Griegos al oeste; Irán y tribus Indogermánicas al norte; y al este casi hasta la India. Por este motivo la música de Mesopotamia, sobre todo sus instrumentos se hayan en esos y otros países aunque a veces considerablemente modificados.
Se han encontrado fuentes como documentos literarios, relieves en piedra y hallazgos de instrumentos, así como reproducciones que nos permiten conocer los orígenes de la Chirimia.
Se han descubierto Chirimías dobles, las cuales consistían en dos tubos construidos de plata, de igual longitud y sin boquilla y de cuatro orificios digitados cada uno. Algunas se hallaron en las tumbas de Ur I.
En cuanto a la dulzaina, los instrumentos fueron originarios de Mesopotamia hacia el año 3000 a. C., donde había una amplia diversidad de instrumentos muy parecidos, y todos ellos fueron englobados dentro del término abub. Este fue el precursor de sus sucesores aulos en Grecia y tibia en Roma. Todos tienen elementos comunes como sección cónica y lengüeta, se conocieron en todas las civilizaciones antiguas y mediterráneas.


La influencia árabe


En la Edad Media la Chirimía estuvo a punto de desaparecer por las invasiones Nórdicas que impusieron sus propios instrumentos musicales. A la civilización Islámica de Árabes y Moros se debe nuevamente la reimportación de la Chirimía y Dulzaina a la península Ibérica, y fue por causa de la dominación Árabe en España por casi ocho siglos (a partir del siglo VI aproximadamente), en la que a través del mestizaje y la herencia de sus tradiciones artístico culturales, le dieron a este país el conocimiento de estos instrumentos musicales de doble lengüeta.

Para corroborar su uso desde las cruzadas nos dice David Munrow en su libro "Instruments of the Middle Age and Renaissence": “Grupos de Chirimías, trompetas y tambores formaron la banda militar típica de los sarracenos durante el tiempo de las cruzadas. El ruido debe haber roto los oídos, particularmente cuando asaltaron los sentidos de los primeros cruzados para quienes estos instrumentos eran nuevos”. Durante un largo periodo de tiempo, solo se encuentran dulzainas en el sur, citadas en los textos con variantes arábigas del vocablo zolami, muy común en los escritos musicales de Al-Andalus, la actual Andalucía. El primer nombre específicamente castellano de la dulzaina fue el de albogue, documentado en el Libro de Alexandre (siglo XIII), y posteriormente aparece en el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita y en El Quijote de Miguel de Cervantes, ya con el nombre de chirimía, o con los de dulzaina y albogue.


"...En esto de las campanas anda muy impropio Maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales, y un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías."
El Quijote - Miguel de Cervantes


Cuando Cervantes dice esto, está diferenciando la culta chirimía de la popular dulzaina, que a partir del siglo XVIII formará parte indiscutible de nuestro folclore. La primera era más larga, entre 50 y 60 cm., en tanto que la dulzaina oscila entre los 30 y 40 cm.
Ya en un diccionario publicado en 1726, titulado Diccionario de autoridades, se dice que la dulzaina es...à manera de trompetilla, usase en las fiestas principales para bailar. Usaron mucho los moros de este género de instrumento. Los Árabes la utilizaron como un instrumento de exterior para la guerra y las festividades del pueblo en cambio en Europa y América se convirtió en instrumento de interior porque acompañó a los coros en las misas y otros eventos religiosos (Hay detalles de que en el año 1235 ya las Chirimías doblaban las voces de los coros eclesiásticos). Poco a poco la Chirimia y la dulzaina se extendieron por la parte central de Europa.